Investigadores logran descifrar cómo las plantas se comunican ante el estrés

El avance abre la puerta a una futura comunicación bidireccional entre agricultores y cultivos.
Una planta en mitad de la calle Una planta en mitad de la calle
Abdul Hayyi en Unsplash

Imaginar que una planta pueda advertir a un agricultor que necesita agua ya no pertenece al terreno de la ciencia ficción. Un equipo internacional del Center for Research on Programmable Plant Systems (CROPPS) ha dado un gran paso al descifrar cómo las plantas se comunican internamente ante el estrés.

En un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los investigadores explican que la clave está en los cambios de presión negativa dentro de la vasculatura vegetal, los cuales permiten la propagación de señales mecánicas y químicas por todo el organismo para contrarrestar amenazas.

Cómo funciona la comunicación interna de las plantas

Según el equipo liderado por Vesna Bacheva, los cambios en la presión del agua dentro del sistema vascular activan flujos que transportan sustancias químicas desde la zona afectada hacia el resto de la planta. Así, frente a una herida provocada, por ejemplo, por un insecto, la planta podría producir ácidos tóxicos para repeler al agresor.

Además, las alteraciones de presión podrían abrir canales mecanosensibles que liberan iones como el calcio, iniciando respuestas genéticas de defensa. Este descubrimiento resuelve un debate de más de un siglo sobre si las plantas transmiten señales mediante químicos, mecanismos físicos o ambos.

Hacia una comunicación bidireccional entre plantas y humanos

La visión de los científicos de CROPPS es revolucionaria: desarrollar plantas reporteras que cambien de color o se tornen fluorescentes al experimentar estrés hídrico o daños. De este modo, un agricultor podría anticipar necesidades del cultivo y, en el futuro, incluso enviar señales para preparar a las plantas ante eventos climáticos adversos.

Queremos plantas que nos digan lo que sienten y que podamos programarlas para reaccionar de forma inteligente”, señaló Bacheva.

Un futuro de agricultura inteligente más cercano

Según Abe Stroock, coautor y profesor del Cornell Engineering, el proyecto está avanzando de forma paralela en áreas como biología molecular, biofísica y diseño de ingeniería. "Estamos integrando nuevos conceptos y tecnologías hacia una realidad agronómica que antes parecía imposible", afirmó Stroock.

Este avance no solo tiene implicancias en la eficiencia agrícola, sino también en la adaptación frente a la crisis climática, optimizando el uso de recursos esenciales como el agua.

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