Es una enfermedad progresiva y crónica, que causa una pérdida paulatina de la capacidad física y mental. La mayoría de los pacientes de Parkinson se encuentran en situación de doble vulnerabilidad: vejez y discapacidad y si bien mayoritariamente se presenta en personas mayores a 50 años, también se da en personas jóvenes. Se calcula que cerca de 40 mil personas viven con esta patología en el país y que por lo menos un 30% no lo sabe.
“Esta enfermedad se caracteriza por la falta de producción de una sustancia química en el cerebro llamada dopamina, la que es responsable de ayudar a los movimientos del cuerpo y de regular el estado de ánimo de una persona”, explica el Dr. Roque Villagra, neurólogo y director médico de CENPAR, el primer Centro de Parkinson en Chile que incorpora un Modelo de Rehabilitación Integral, que entrega una atención personalizada y multidisciplinaria a los pacientes y su entorno más cercano, con el propósito de mejorar su calidad de vida desde el plano biológico, social, familiar y espiritual.
Asimismo, el especialista comenta que “la enfermedad de Parkinson se suele denominar idiopática, lo cual significa que se desconoce su causa primaria, y aunque este déficit es el defecto primario, aún queda por descubrir cómo se pierde esta dopamina. Los estudios indican que la causa es una combinación de susceptibilidad genética y factores ambientales”.
Reconociendo las primeras señales
En Chile, se espera que para el 2050, el 23,5% de la población tendrá más de 60 años, por lo que reconocer de manera temprana esta enfermedad puede ser un factor primordial para lograr un diagnóstico oportuno, que junto a una correcta rehabilitación pueden definir un exitoso tratamiento. A continuación, el Dr. Villagra nos comenta los primeros signos para tener en consideración.
· Temblores o contracciones en las extremidades cuando está en reposo o relajado. El temblor puede ser normal después de mucho ejercicio o si ha tomado algún medicamento.
· Disminución repentina y radical del tamaño de su escritura. Lo normal es cambiar nuestra escritura gradualmente a medida que envejecemos o por la pérdida de visión.
· Problema para oler ciertos alimentos como plátanos, pepinillos o canela. Lo habitual es perder el olfato si tiene un resfriado o gripe, sin embargo, los olores deben regresar al mejorar.
· Movimientos repentinos durante el sueño profundo, caídas de la cama o dar puñetazos mientras duerme.
· Rigidez en su cuerpo, brazos o piernas. Sensación que los pies “se pegan” al piso, si hay dolor en la cadera u hombros, si la gente comenta que se ve tieso debería hablar con su médico.
· Si usted sufre de estreñimiento frecuente puede ser un signo temprano de la enfermedad.
· Cambios en el volumen de la voz, voz baja o sonido ronco. Algunas veces usted puede pensar que las personas a su alrededor se están volviendo sordas, pero es su voz la que ha cambiado.
· Falta de expresión facial o parpadeo es un signo de alerta temprana. ¿Le han comentado que usted se ve enojado, serio o deprimido, aun cuando no está de mal humor?
· El mareo o desmayo pueden ser síntoma de presión arterial baja, la cual puede estar relacionada a la enfermedad. ¿Siente usted que se marea cuando se levanta de una silla o de su cama?
· Si su postura al estar de pie ya no es igual, si su familia o amigos notan que usted se está encorvando consulte a su médico para descartar una enfermedad articular.
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