Aunque hay un largo camino por recorrer, la tecnología parece acelerarse de una manera inexplicable llegando al punto de hacer una convención sobre la utilización de los escáner cerebrales en la utilización de visualizar los pensamientos de las personas, generando un problema de privacidad con las personas.
[btn btnsize="full" bgcolor="#dd9933" txtcolor="#ffffff" btnnewt="1" nofollow="1"]El escáner es una técnica de imagen médica que utiliza radiación X para obtener cortes o secciones de objetos anatómicos con fines diagnósticos. Sus bases matemáticas fueron planteadas en 1917 por Johann Radon (la Transformada de Radon)[/btn]
Giulio Mecacci y Pim Haselager, de la Universidad de Radboud, proponen cinco criterios que podrían ayudar a los especialistas en ética y en la formulación de políticas a evaluar las posibles implicaciones de la tecnología de lectura cerebral.

Mediante el uso de tecnologías como la resonancia magnética funcional (fMRI) y el electroencefalograma (EEG), los investigadores recopilan información sobre la actividad cerebral de una persona. Los pensamientos pueden estar asociados a ciertos patrones de actividad cerebral. Al entrenar un algoritmo para reconocer estas asociaciones, los pensamientos de una persona se pueden deducir de su actividad cerebral. En otras palabras: hasta cierto punto, se puede leer la mente de una persona.
El marco propuesto por Mecacci y Haselager consiste en cinco criterios: precisión, confiabilidad, informatividad, capacidad de ocultación y aplicabilidad. La precisión y la fiabilidad se refieren a la eficacia con que el método puede medir un determinado estado mental. La información muestra cuán relevante es la información para una aplicación práctica. La capacidad de ocultarse y la exigibilidad son otros factores que cobran especial importancia al evaluar el potencial de infracciones de la privacidad mental y los derechos civiles. Giulio Mecacci: "Los dos últimos criterios ayudan a abordar preguntas como: ¿en qué medida se puede leer el cerebro de alguien sin el conocimiento de un sujeto? ¿Y en qué medida es posible utilizar un método de lectura del cerebro contra la voluntad de una persona?".
También podrías leer: El alcohol mejora las habilidades para hablar un idioma extranjero.
Mecacci y Haselager demuestran cómo funcionan los criterios al aplicarlos a un escenario específico: ¿Qué sucede si un método de lectura cerebral puede identificar pedófilos? Pim Haselager: "Sospechamos que este escenario se encuentra entre aquellos en los que la aceptación social de los métodos de lectura del cerebro sería la más alta. Utilizamos este caso para centrarnos en el tema de la" privacidad mental "y si una persona tiene derecho a mantener sus pensamientos y sentimientos privados ".
A pesar de la aplicabilidad actualmente limitada de la tecnología de lectura del cerebro a numerosos escenarios relevantes para la sociedad, los científicos creen que la sociedad ya debería estar pensando sobre este tema. "Existe una discusión, pero aún no es realmente sistemática, en nuestra opinión. Es por eso que hemos discutido estos criterios, de modo que la consideración de los pros y los contras de las diversas implicaciones de la lectura cerebral puede tener lugar de una manera más sistemática y completa manera ", explica Haselager. Giulio Mecacci agrega: "Al aplicar el marco que describimos, te das cuenta de que leer la mente es cualquier cosa menos simple".