El expresidente surcoreano Moon Jae-in fue formalmente acusado de corrupción este jueves por la Fiscalía del Distrito de Jeonju, tras una investigación sobre el presunto empleo indebido de su yerno en una aerolínea de bajo costo.
Según el comunicado oficial, Moon fue acusado de haber recibido 217 millones de wones (unos 150.000 dólares) en sobornos indirectos entre 2018 y 2020, bajo la forma de salario pagado a su yerno por parte de la empresa Thai Eastar Jet. La fiscalía sostiene que los pagos no correspondían a servicios reales, sino que eran un intento de ganar favores del entonces presidente.
Nombramiento sin experiencia en el sector
De acuerdo con los fiscales, el yerno de Moon fue nombrado director ejecutivo de la aerolínea sin tener ninguna experiencia ni calificaciones relevantes en la industria aeronáutica. Además, señalan que el funcionario designado se ausentó frecuentemente y no cumplía con sus responsabilidades, lo que refuerza la hipótesis de un nombramiento simbólico a cambio de influencias políticas.
La empresa habría estado controlada de facto por un exparlamentario aliado al partido de Moon, lo que agrava las sospechas de tráfico de influencias.
Una tradición de presidentes en problemas legales
Con esta acusación, ya son dos los expresidentes surcoreanos bajo proceso judicial simultáneamente. Moon sucede a su sucesor inmediato, Yoon Suk-yeol, quien fue destituido recientemente por imponer la ley marcial el pasado 3 de diciembre durante seis horas, antes de ser revocada por el Parlamento. Yoon enfrenta cargos de insurrección, con posibles penas de cadena perpetua o incluso la pena de muerte, aunque Corea del Sur mantiene una moratoria no oficial desde 1997.
En la historia reciente, cuatro presidentes surcoreanos han sido encarcelados y uno, Roh Moo-hyun —mentor político de Moon—, se suicidó en 2009 en medio de una investigación por corrupción.
Reacción política: ¿Persecución o justicia?
El Partido Democrático, al cual pertenece Moon, denunció que la acusación “es un abuso de poder fiscal con fines políticos”. La vocera Park Kyung-mee acusó a los fiscales de “buscar humillar a un expresidente con una lógica forzada tras cuatro años de investigación”.
“¿Decir que un salario fue un soborno al presidente? ¿Esa es la mejor conclusión que pueden ofrecer?”, añadió Park en una declaración pública.
¿Qué sigue ahora?
Moon, quien gobernó de 2017 a 2022, es recordado por su política de acercamiento con Corea del Norte y su rol en las históricas cumbres entre Kim Jong-un y Donald Trump. La acusación representa un nuevo giro en la polarizada política surcoreana, justo antes de las elecciones programadas para el 3 de junio.
Mientras la fiscalía asegura que la causa tiene fundamentos sólidos, la oposición acusa una cultura de venganza política que sigue repitiéndose en cada cambio de gobierno.
Se espera que el proceso judicial contra Moon inicie formalmente en las próximas semanas, aunque por el momento no ha sido detenido ni se han aplicado medidas cautelares.
