Tras el pontificado de 12 años del Papa Francisco, marcado por reformas y tensiones, los cardenales de la Iglesia Católica buscan un sucesor que traiga estabilidad y unifique a progresistas y conservadores. Según el historiador Massimo Faggioli, muchos cardenales están “cansados del vaivén” de este periodo y desean un líder que calme las aguas en temas como el divorcio, las relaciones homosexuales y el celibato sacerdotal.
El Legado de Francisco
Francisco, quien nombró a 108 de los 135 cardenales elegibles para votar, impulsó una Iglesia más cercana a los pobres y marginados, priorizando el rol pastoral sobre el dogmatismo. Aunque pocos cardenales tradicionalistas buscan un retorno al estilo ortodoxo de Benedicto XVI, un grupo de conservadores moderados podría bloquear a candidatos demasiado progresistas en temas como la ordenación de mujeres o las bendiciones a parejas del mismo sexo.
El Perfil Ideal
Los cardenales prefieren un papa con carisma para mantener el alcance global de Francisco, promoviendo el diálogo interreligioso y abordando temas como guerras, migración y cambio climático. También se necesita un líder con habilidades técnicas para resolver el creciente déficit del Vaticano, un área donde Francisco enfrentó dificultades. La edad ideal estaría por encima de los 70 años, evitando un pontificado demasiado largo.
Principales Candidatos
Entre los favoritos están el italiano Pietro Parolin, de 70 años, secretario de Estado del Vaticano con experiencia diplomática, aunque criticado por problemas financieros; el maltés Mario Grech, de 68 años, progresista defensor de la descentralización; y el húngaro Péter Erdő, de 72 años, conservador moderado. Desde el sur global, destacan el filipino Luis Antonio Tagle, de 67 años, y el congoleño Fridolin Ambongo, de 65 años, aunque su juventud podría ser un obstáculo.
Un Cónclave Abierto
Otros nombres incluyen al estadounidense Robert Francis Prevost, de 69 años, el canadiense Gérald Lacroix, de 67 años, y el birmano Charles Maung Bo, de 76 años. Ningún candidato cumple todos los requisitos, lo que hace de este cónclave uno de los más impredecibles en la historia reciente. Un outsider o una sorpresa no está descartada.
