El artista visual chileno, Alfredo Jaar fue el ganador del 11°premio al arte en la ciudad de Hiroshima en Japón. El premio es entregado cada tres años desde 1989, el cual consiste en distinguir a los artistas los cuales promuevan y contribuyan a la paz a través de sus obras artísticas en el campo del nuevo arte contemporáneo.
Alfredo Jaar es un destacado artista visual, arquitecto y cineasta actualmente radicado en Nueva York. Cabe decir que su estilo artístico es ampliamente reconocido por las mezclas dentro de sus obras, en las cuales suele combinar los campos de la fotografía, la arquitectura e incluso el teatro, siendo estas, sus principales características a la hora de mostrar su talento. Otra de sus cualidades está el característico mensaje que difunde a través de sus obras, estas, consisten en reflexiones acerca de la política y los diversos desastres donde se ha visto inmerso la humanidad durante toda su historia de conflictos sociales.
Dentro de su estilo se encuentra un tipo de lenguaje particular, el cual es considerado como “rupturista y contracultural”, característica que lo ha llevado a un gran reconocimiento en el país norteamericano donde reside, como también en otras partes del mundo como Europa y el continente asiático, lo que resultaría vital para llegar a obtener una relación cercana con Japón, a través de una de sus obras las cuales expresan las catástrofes ocurridas en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki a finales de la segunda guerra mundial en 1945, como también la reciente situación ocurrida tras el terremoto de 2011, en la ciudad de Fukushima. 
En contraste con este tipo de obras, Chile no ha estado fuera de sus trabajos, el artista también se ha preocupado de transmitir sus obras en contra de la dictadura militar chilena y las violaciones de los Derechos Humanos ocurridos dentro de esos años. Sus trabajos enfocados a dichas temáticas, hoy son exhibidas en el Museo de la Memoria, entre ellas la más destacada es la titulada “La Geometría de la Conciencia“, obra que consiste en adentrarse en un espacio totalmente cerrado, quedándose unos minutos donde deberá ajustar su vista y sentir corporalmente la insatisfacción y la desaparición de toda la luz. Mientras eso sucede, cerca de 500 siluetas reconocibles e identificables aparecen y desaparecen en la obra. Estos corresponderían tanto a chilenos detenidos desaparecidos, como otros que siguen vivos.
Alfredo Jaar es responzable de más de 60 intervenciones públicas alredor del mundo, los que le han servido para dar a conocer su mensaje y sus obras artísticas. Frente al premio recién recibido, Alfredo Jarr se ha expresado por un mensaje emitido por la pagina web del Museo la ciudad: “Me siento enormemente privilegiado pero también profundamente humilde ante esta responsabilidad. En estos tiempos oscuros, el ‘espíritu de Hiroshima’ es más necesario que nunca”.
