Fue un miércoles 1 de octubre de 2014, cuando Michelle Bachelet daba estreno a una de las reformas más importantes de su mandato, la tributaria, teniendo como primeras medidas el alza al impuesto del tabaco y el alcohol.
Aún en 2013, la presidenta dejaba claro su objetivo, este era recaudar en 3 puntos el PIB. Todo con el objetivo de mantener a raya el déficit fiscal y financiar los gastos ligados a educación y salud. Específicamente, financiar la reforma educacional.
Sin embargo, luego de tres años y cinco meses de ardua tramitación, aún se sostenían discrepancias sobre el resultado de la reforma, pero por sobre todo, estaban de acuerdo en algo; solucionar la complejidad del sistema tributario.
¿Cuánto y cómo recauda el dinero?
En Chile, existen varios tipos de impuestos, de entre los que destacan los siguientes:
-Primera categoría: Impuestos a utilidades de empresas.
-Segunda categoría: Impuestos a la renta del trabajo dependiente.
-Global complementario: Un impuesto anual; este afecta a personas naturales que obtengan rentas o ingresos de distinta naturaleza.
-Impuesto adicional: Impuesto que se cobra sobre sus rentas a personas que no residen en Chile, pero cuya fuente de ingreso está dentro del país.
-Impuesto de valor agregado (IVA) : Corresponde al 19% del precio que pagas cada vez que compras un producto o servicio.
En primera categoría:
Actualmente, el impuesto que pagan las empresas depende del régimen de tributación en el que estén. Así se impone un 27% para las que están en un régimen semi integrado ,o sea, el que establece que los dueños de las empresas deben tributar sobre la base de los retiros efectivos de utilidad que realizan desde éstas.
Asimismo, un 25% para las que están en uno de renta atribuída, que se traduce en que los dueños de las empresas deben tributar en el mismo ejercicio por la totalidad de las rentas que generen en sus negocios, independiente de las utilidades que retiren.
En segunda categoría:
En cuanto a los impuestos que pagan los trabajadores dependientes, tienen una tasa distinta, la cual depende de la renta de cada trabajador, Así como se muestra en la siguiente tabla.

Los problemas:
hoy, a 5 años de la reforma, es interesante hacer un balance sobre sus efectos. Podemos decir con certeza que el 3% del PIB recaudado no fue suficiente para financiar el lo que prometía. El problema finalmente fue que para esto se tuvo que usar recursos del Estado. El gasto fiscal corriente alcanzaba un 17,73% en 2012.
En 2017 el gasto fiscal corriente había aumentado a 20,16% del PIB. Esto aumentó el gasto fiscal en más de dos puntor porcentuales del producto interno bruto. A esto le sumas los 0.67 puntos que se invirtieron en en contratar más empleados públicos. Lo que se traduce en un gran porcentaje de la recaudación que no terminó en educación y salud.
El alza en el gasto público y la falta de ingresos generaron un gran déficit fiscal.
Puntos de vista: Simplificar el sistema.
Las criticas venían desde todos lados, ya en 2017, aún desde la mismas filas oficialistas. Pablo Lorenzini, diputado de la DC, expresaba que una cosa es cobrar más impuestos, pero que la complejidad del sistema facilita la elusión tributaria, por donde se puede ir la mayor parte de la recaudación.
Por su parte, Juan Antonio Coloma planteó que “se requiere una simplificación. Debemos volver a un solo sistema, o a alguna alternativa más simple, porque el actual esquema de sistema atribuido y semi integrado es engorroso, es caro, es difícil, y es algo que fue advertido”.
¿Qué se busca con la modernización de la reforma?
De acuerdo a Manuel Alcalde, ex ministro de hacienda que trabajó en la propuesta, la clave está en brindar mejores herramientas al SII para que pueda hacer su trabajo de fiscalización y también para que la relación de los contribuyentes con el SII sea más fluída.
Añadió también que el proyecto planea incentivar el crecimiento, la inversión, el empleo, el emprendimiento y la innovación. Además de hacerle la vida más simple a las pequeñas empresas.

Para esto también se quiere otorgar certeza jurídica y hacer más predecible la ley para los contribuyentes.
Incorporar la nueva tecnología digital:
