La directora del Centro Científico Huinay descubrió a las ballenas cuando se dirigía a una expedición de buceo. Encontró a 337 ballenas muertas en los fiordos del Golfo de Tres Montes, en la Patagonia chilena en 2015. Las muertes fue producto a la explosión de marea roja asociada a la contaminación de las aguas y al cambio climático.
“La verdad es que yo creo que habían más de 337, pero no pudimos ver la costa expuesta de la península de Taitao y tampoco pudimos ver la costa expuesta al sur del Golfo de Penas. Lo más probable es que hubieran muchas más” comenta.
A tres años del hallazgo, conversó con Mongabay Latam sobre su experiencia:
¿Cómo fue que encontraron las ballenas?
Yo estuve a cargo de esa expedición. Íbamos a ir a bucear a los fiordos de la Península de Taitao en el Golfo de Tres Montes. Salimos de Puerto Edén y desde el Golfo de Penas nos fuimos a los fiordos. En uno de ellos encontramos 25 ballenas muertas. Nos pareció raro porque el fiordo no es grande. De hecho, en una playa de 100 metros, había siete ballenas muertas y una flotando (…). Al final Carolina Gutstein y yo hicimos el sobrevuelo en una avioneta privada. Llegamos hasta el fiordo que no había sido revisado y encontramos lo más grave: 155 ballenas muertas.
Luego, si sigues la línea de costa del Golfo de Penas hacia el sur, en medio camino, hay otra pequeña bahía. Es el Seno Escondido. Es muy pequeño y difícil de llegar. Nadie vive ahí. Sobrevolamos esa zona y encontramos como 80 ballenas más.
Nos parecía muy raro, e interesante al mismo tiempo, porque esas ballenas son oceánicas, nadan en aguas profundas y la entrada del seno tiene solo dos metros de profundidad y ¡eso es con marea alta!
¿La investigación arrojó que murieron por marea roja?
Así es. Son toxinas que paralizan el corazón, la respiración y eso pasa también con el ser humano. Todos los mamíferos pueden sufrir esas consecuencias.
Existen muchas estaciones de monitoreo en toda la región de los fiordos donde, una vez al mes, se mide la toxina. Si sobrepasa los 80 microgramos por cada 100 gramos de molusco, es tóxico para el hombre y se prohíbe la venta de recursos como choritos y cholgas. La ballena tiene el mismo problema. Ellas comen el camarón de fiordo, que es una especie pelágica que nada en grandes cardúmenes. Estos a su vez comen el plancton que está tóxico y así acumulan toxinas. Las ballenas obviamente no saben y cuando comen los camarones mueren en un día.
En 2015 nos conseguimos los valores de las estaciones de muestreo. Específicamente donde fueron encontradas las ballenas no hay ninguna estación, pero hay un punto un poco más al norte que mostró valores de toxinas de más de 1000 microgramos. Considerando que 80 ya es tóxico para el hombre, 1000 es mucho.
¿Por qué ocurrió eso?
(…) En 2015 hubo dos fenómenos oceanográficos, asociados al cambio climático, que se juntaron. El Niño y otro en la Antártica, que también es cíclico. Ambos fenómenos coincidieron favoreciendo a la marea roja (…). Por otro lado, la marea roja también está asociada a la contaminación de los océanos y la Patagonia está muy contaminada, desde hace mucho tiempo. Entonces, si combinas la contaminación con El Niño se producen situaciones extremas.