Los $4 mil millones que busca reunir la Comisión Nacional para financiar la visita del Papa Francisco a Chile en enero del próximo año ha generado críticas por parte de la ciudadanía, que considera la cifra demasiado alta.
Los encargados del evento, que supondrá el paso del Pontífice por las ciudades de Santiago, Iquique y Temuco, han puesto énfasis en que la cifra es “más austera” que otros viajes apostólicos de Jorge Bergoglio y que el monto será financiado a través de los aportes voluntarios de los fieles, empresas y organizaciones.
Para lograr llegar a los $4 mil millones, la Comisión Nacional lanzó una campaña de recolección de fondos llamada “Papa Francisco, yo lo invito“.
El nombre de la campaña es similar a la que se realizó en noviembre de 1986, previo a la primera visita papal del país, la de Juan Pablo II. “Santo Padre yo lo invito” era la iniciativa y consistía en lograr que cada chileno aportara $100 pesos para financiar el viaje de Karol Wojtyla.
Esto se hizo a través de colectas en parroquias, donaciones en cuentas corrientes directamente en las oficinas del Banco Estado y BCI y aportes en supermercados Almac, Unimarc, Multiahorro, Ekono y Monserrat.
Visita de Juan Pablo II
Juan Pablo II llegó a Chile el 1 de abril de 1987 para una visita que se extendió por seis días y múltiples ciudades del país. En agosto de ese año, la Comisión Nacional realizó un detallado balance del costo del viaje.
Según publicó El Mercurio ese día, en promedio cada chileno aportó $35 para financiar la visita, un monto menor al que se quería lograr con la campaña.
Si se hiciera el mismo ejercicio en la actualidad, para lograr los $4 mil millones necesarios para la llegada de Francisco a Chile, cada ciudadano debería aportar unos $230.
El total de ingresos que registró la Comisión en 1987 fue de $421.283.571, y el costo final fue de $413.849.289. Este último monto equivale a casi $3 mil millones actuales.
Lo anterior, considerando que el viaje de Juan Pablo II al país fue de seis días, mientras que el que realizará Francisco el próximo año será de sólo tres.
En ese entonces, el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor Bernardino Piñera, precisó que entre los ingresos se consideraron las donaciones de empresas y personas, auspicios de empresas, la campaña de recolección, la recuperación por distribución de material, comisiones por mercadeo, recuperación de gastos de periodistas e intereses del mercado de capitales, entre otros.
Por su parte, entre los gastos figuraron remuneraciones, habilitación de las sedes, viajes y comisiones de trabajo, gastos bancarios, proyectos de preparación pastoral y material de difusión y publicidad. Este último ítem tuvo un costo de más de $100 millones.
Finalmente, los encargados anunciaron que los excedentes ascendieron a unos $4 millones, los cuales serían destinados a imprimir libros sobre la visita de Juan Pablo II.
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