En un discurso de tres minutos, Evelyn Matthei, candidata presidencial de Chile Vamos, confirmó ayer que no habrá primarias en el bloque opositor, optando por competir directamente en la primera vuelta. La exalcaldesa de La Reina dio un portazo a la idea de unos comicios acotados que la enfrentarían a los senadores Francisco Chahuán (ind.-RN), Luciano Cruz-Coke (Evópoli) y el exalcalde Rodolfo Carter (ind.), pese a que el jueves pasado la iniciativa parecía consolidada.
Las razones del cambio radican en las críticas al diseño de las primarias, calificadas como “artificiales” por analistas y parlamentarios, y en un posible impedimento legal que afectaría a Chahuán. Tras renunciar a Renovación Nacional para competir como independiente, surgieron alertas sobre la Ley Antidíscolos, que podría invalidar su candidatura. Esto generó reticencias en Evópoli, que no quería competir solo contra Matthei.
El anuncio se realizó en un encuentro con vecinos de La Reina, donde Matthei, sin dirigentes de su coalición, enfatizó su conexión con la ciudadanía. “Exploramos alternativas, pero ninguna aseguraba la unidad que los chilenos reclaman”, afirmó, criticando también a Johannes Kaiser (PNL) y José Antonio Kast (Partido Republicano) por negarse a participar en primarias amplias.
La UDI, liderada por Guillermo Ramírez, había impulsado con fuerza las primarias para no ceder terreno al oficialismo, que sí tendrá comicios internos. Sin embargo, las dudas sobre la convocatoria y la falta de apoyo de otras fuerzas de derecha debilitaron la propuesta.
Desde el Gobierno, la ministra (s) Aisén Etcheverry criticó la decisión, señalando que “las primarias fortalecen la democracia” y que los partidos no deben decidir “en cuatro paredes”. En respuesta, el diputado Miguel Mellado (RN) defendió la estrategia, asegurando que Chile Vamos es “mayoritario” y que el oficialismo “quedaría tercero” en las elecciones.
Matthei anunció que en los próximos días presentará a su jefe de campaña y el resto de su comando, respondiendo a una de las principales demandas de su coalición. Este “golpe de timón”, como lo describen desde su entorno, redefine la estrategia de Chile Vamos rumbo a las presidenciales.
