Este lunes, en una emotiva ceremonia celebrada en la Escuela de Carabineros de Providencia, Marcelo Araya asumió formalmente como el nuevo general director de Carabineros de Chile, marcando el inicio de su mandato de cuatro años. El cambio de mando se produce en un contexto de crisis de seguridad y con el anuncio de una acusación constitucional en contra de la ministra del Interior, Carolina Tohá, quien presidió la ceremonia en su calidad de vicepresidenta de la República.
Antes de asumir oficialmente, Araya mantuvo una reunión con los 39 generales del alto mando de Carabineros, donde les dio instrucciones claras: mayor presencia en las calles y un enfoque reforzado en la lucha contra el crimen organizado, que ha aumentado la violencia y los homicidios en el país. “Es fundamental que estemos al frente, supervisando y apoyando a los equipos en terreno”, habría señalado Araya.
Prioridades del nuevo general director
Durante su discurso de toma de mando, Araya destacó la importancia de liderar a los 57 mil hombres y mujeres que forman parte de Carabineros, enfatizando la necesidad de restaurar la seguridad y la paz en las comunidades. “La ciudadanía clama por mejores carabineros, y estamos preparados para responder”, aseguró Araya. 
El nuevo jefe policial también subrayó que su liderazgo estará marcado por la prudencia y el compromiso de garantizar que Carabineros cumpla su mandato constitucional. “Este camino que hoy comenzamos a recorrer cuenta con una base muy sólida, construida por el sacrificio de nuestros mártires y el trabajo de todos los carabineros”, añadió.
Despedida de Ricardo Yáñez
La ceremonia también estuvo marcada por la emotiva despedida del exgeneral director Ricardo Yáñez, quien deja el cargo de forma anticipada, a pocas semanas de cumplir su período. Con la voz quebrada en varios momentos, Yáñez recordó los difíciles momentos vividos durante su gestión, que incluyó la crisis del estallido social y la pandemia. “¿Fue acertada la decisión de aceptar el cargo en aquel momento? En mi desempeño puse siempre lo mejor de mis capacidades”, reflexionó Yáñez en su discurso de despedida.
Acompañado por su familia, Yáñez entregó el mando a Araya en una ceremonia cargada de simbolismo y emoción. Su hijo fue el encargado de entregar la banderola de mando, un gesto que reflejó el carácter familiar del acto.
Un enfoque en la crisis de seguridad
La asunción de Araya se produce en un momento crítico, con altos niveles de inseguridad y violencia que afectan al país, como lo reflejan las últimas encuestas de opinión. Los homicidios y el crimen organizado se han convertido en temas prioritarios, y desde la oposición, así como desde algunos sectores del oficialismo, se han lanzado críticas a la gestión del Gobierno en materia de seguridad.
En este contexto, el anuncio de la acusación constitucional contra la ministra del Interior, Carolina Tohá, ha generado tensión en el ámbito político. Durante la ceremonia, Tohá enfrentaba la presentación del libelo acusatorio, enmarcado en las críticas por la salida del exgeneral Yáñez, quien será formalizado en los próximos días por su presunta responsabilidad en delitos cometidos durante el estallido social.
Lo que viene para Yáñez
Mañana, Ricardo Yáñez será formalizado junto a otros altos mandos de Carabineros, entre ellos el exgeneral director Mario Rozas y el general retirado Diego Olate, por el delito de omisión de apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves y homicidio. La audiencia, que se realizará en el Centro de Justicia de Santiago, ha sido catalogada como un evento de alta sensibilidad, debido a las implicaciones que tiene para la institución y para los derechos humanos en el país.
Los abogados defensores de Yáñez han solicitado medidas especiales de seguridad para su ingreso al tribunal, debido a posibles manifestaciones en su contra, organizadas por grupos de víctimas del estallido social. Se espera que la audiencia se extienda por al menos cinco jornadas, dada la magnitud de los cargos imputados.
