El pasado 19 de abril se conmemoró el Día Internacional de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, denominadas EII, contexto que cobra interés ante el inminente ingreso de la Colitis ulcerosa al sistema de protección financiera para diagnósticos y tratamientos de alto costo: Ley Ricarte Soto. La Agrupación Chilena de Trabajo en enfermedad de Crohn y Colitis ulcerosa de Chile (ACTECCU), filial de la Sociedad Chilena de Gastroenterología (SChGE), defiende la cobertura íntegra del diagnóstico y tratamiento de esta costosa enfermedad que afecta a cada vez a más y más chilenos jóvenes en pleno periodo productivo de sus vidas.
Si bien en Chile no se cuenta con registros que permitan decir con certeza cuántos pacientes existen con Colitis ulcerosa, últimamente ha habido un aumento en la incidencia y prevalencia del diagnóstico de esta patología, así como de la enfermedad de Crohn.
Según el Dr. Jaime Lubascher, presidente de ACTECCU, filial de la Sociedad Chilena de Gastroeneterología (SChGE), “este fenómeno no es nuevo y se ha repetido en muchos países que alcanzaron o están evolucionando a un desarrollo económico y social mayor como es el caso de Chile. Las tasas de incidencia (casos nuevos) en Estados Unidos y Europa están al alza y fluctúan entre 4 a 18 casos por cada 100.000 habitantes. Existe claro consenso que la situación en Chile avanza rápido hacia esas cifras”.
La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta al colon en distinta extensión y gravedad. Afecta especialmente a gente joven entre los 20 y 40 años, pero también a niños y adultos mayores. Los tratamientos son muy costosos y de difícil acceso tanto en el sistema público como privado. En este sentido, el Dr. Lubascher señala que “una proporción de los pacientes con colitis ulcerosa puede evolucionar de forma grave y refractaria a las terapias estándar y deben ser sometidos a una cirugía que les extrae en forma completa y definitiva el colon y recto”.
Como una alternativa a esta cirugía compleja están en uso en el mundo, hace más de 15 años, un grupo de fármacos de uso inyectable los Anti – TNF, también conocidos como terapia biológica. Éstos son anticuerpos monoclonales fabricados para bloquear en forma selectiva el factor de necrosis tumoral alfa, que los pacientes con colitis ulcerosa lo tienen elevado y en especial, los casos graves. “Es por esto que hemos luchado de la mano con los pacientes para lograr el acceso de ellos a estas costosas terapias bajo la Ley Ricarte Soto”, asegura el representante de ACTECCU.
PROCESO PARA ENTRAR EN VIGENCIA
La Ley Ricarte Soto en su decreto 4, finalmente incluyó la terapia con Infliximab, Adalimumab y Golimumab para pacientes con Colitis ulceorosa grave corticorrefractaria o inmunorefractarias, aunque no para todos los casos. Esta Ley entraría en vigencia en julio de 2019, por lo que el Ministerio de Salud ya trabaja en el reglamento y la plataforma para postular a los pacientes beneficiarios.
El Dr. Lubascher explica que los médicos gastroenterólogos miembros de ACTECCU ya tienen experiencia en este tipo de procesos, ya que vivieron uno similar hace 2 años con la aprobación de la terapia biológica para la enfermedad de Crohn. “Todo paciente atendido por un especialista en gastroenterología con diagnóstico de colitis ulcerosa que cumpla con los requisitos explícitos en el reglamento de la ley (criterios de inclusión y exclusión), puede ser presentado ante el comité de expertos designado por el Minsal para su aprobación o no”, puntualiza.
El especialista asegura que la Ley Ricarte Soto solo paga el fármaco de altísimo costo, incluído en la ley, pero no resuelve ni costea el resto del proceso diagnóstico ni terapéutico que sigue estando a cargo del paciente y de su previsión, ya sea Fonasa, isapres o Fuerzas Armadas. “Esta situación nos motiva como médicos tratantes a seguir luchando para lograr que toda la canasta de exámenes, procedimientos diagnósticos, vacunas, fármacos de primera y segunda línea sean cubiertas por los sistemas de salud. Ni Colitis ulcerosa ni Crohn son patologías GES. Nuestros pacientes requieren además un tratamiento multidiscilinario con apoyo e intervención de enfermeras, cirujanos colorrectales, patólogos, psicólogos, nutriólogos, reumatólogos, infectólogos, ginecobstetras, entre otros”, finalizóLubascher.