Es ya una convención general, los gatos amasan a su dueño cuando se sienten en confianza. Es una particular manera de demostrar amor, sin hablar de rasguños, más bien, golpecitos. Pero esto deriva de otro propósito.
Sylvia Arrau Barra, docente de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico, indica que no es sólo que se sientan cómodos, es algo instintivo, y lo hacen sobre una gran variedad de objetos blancos, como lo podrían ser prendas de ropa, cojines, camas, entre otros. Esto es un reflejo de tranquilidad, que se origina cuando son más pequeños. Sin embargo, tiene otro fin.
“Es una conducta que se genera cuando son lactantes, ya que al amasar las glándulas mamarias de su madre, estimulan la bajada de la leche al liberar más cantidad de una hormona llamada oxitocina, sus patitas hacen bajar más leche y eso queda en sus memorias como algo agradable. Es un gesto remanente de la infancia y es gratificante para él” Expresa la farmacóloga veterinaria.
Añade también que esta conducta no se remite a un mero reflejo, también tiene una función de marcaje. Las feromonas que se desprenden de las almohadillas en las patas de los gatos sirven para impregnar de su olor al dueño.
